lunes, 27 de abril de 2009

Las personas inteligentes se perdieron en el tiempo, mientras el físico se hacía paso hasta la cumbre de la sociedad, ¿se puede caer tan bajo? La prisión de la que tanto le ha costado salir al sexo femenino ha vuelto.
Pero eso sí, recuerda, tú no eres la chica guapa de la clase, la chica imbécil que va con medio instituto, tu sólo eres una de esas del montón. Caiste en la desgracia de no tener ese cuerpo bonito que lo visto es el actual camino a la existencia, y sin embargo...
Sin embargo me gustaría tanto ser capaz de decirte aunque fuera en un simple susurro lo que siento por ti, pero no puedo, pues has de recordarlo, tú no eres la chica guapa de clase, ni siquiera podrías contar con más de un apoyo.
Además, tu eres una alumna diez que aún intenta descubrir como vivir, así que limítate a sonreir como una tonta como si nada hubiese pasado, como si la indiferencia fuese tu vida, como si la chica guapa no existiese y los problemas fuesen sólo un sueño en un mundo inexistente.
Pero me aferro a no creerlo, me aferro a pensar que áun no hemos llegado a ese punto, a que aún la gente es capaz de observar el carácter de una persona antes de fijarse en como viste y como es su aspecto, en que aún podremos disfrutar de una mediana igualdad, de que aún no todos los ojos van hacia la chica guapa de clase.
E inevitablmente, todo se vuelve cierto, tus amigas poco a poco se vuleven en hueco y en llamadas nunca recibidas, las miradas de prepotencia cargan cada indeseable mañana, te enteras de que han dicho de ti en estos últimos días, te enteras de que una vez más, no puedes engañarte, el sueño de ese mundo inexistente cobra vida y poco a poco se hace más real y más duro.